El voluntariado “Lectores que transforman”, impulsado por Fundación María José Reyes junto a Fundación SURA, finalizó su primer año con ceremonias en dos de las siete escuelas participantes: el Colegio Libertador O’Higgins de Chépica y el Colegio Cristiano de Curicó.
La iniciativa permitió que estudiantes de estas escuelas que finalizaron el Programa Rescate Lector continuaran fortaleciendo su lectura mediante sesiones online con voluntarios de SURA. En estos encuentros se leyeron cuentos, se conversó y se generó un espacio de acompañamiento que ayudó a los niños y niñas a avanzar en fluidez, comprensión y seguridad personal.
“Este proyecto reafirma una convicción profunda: que la educación mejora cuando la comunidad se hace presente y cuando escuelas, familias, fundaciones y empresas unen sus fuerzas”, señaló Anita Correa, directora ejecutiva de Fundación María José Reyes, durante las ceremonias.
Desde Fundación SURA, Carla Labrín, Líder de Voluntariado, destacó: “Estamos súper contentos con esta iniciativa; las ceremonias de cierre fueron muy lindas. Creemos que estas alianzas fortalecen la relación que tenemos con las comunidades y contribuyen a acotar las brechas educativas del país. Esperamos que sea una alianza a largo plazo”.
Por su parte, Diego Martínez, director creativo de AFP Capital y voluntario, expresó: “Leer cuentos con niños es muy gratificante y una oportunidad real de impactar en una edad clave para fomentar la lectura. A mí me gusta leer, así que sé lo importante que es y los mundos que te abre. Poder vivir estas instancias desde mi lugar de trabajo es algo que valoro muchísimo”.
Desde las familias, Jenny Jiménez, apoderada de una estudiante beneficiaria, comentó: “Mi hija tenía problemas de personalidad y este acompañamiento fue excelente, porque la voluntaria incluso incorporó a su hija pequeña para que no se sintiera sola”.
Tras este primer año, ambas fundaciones proyectan seguir desarrollando y ampliando el voluntariado, para que más estudiantes puedan fortalecer su lectura y encontrar en ella un espacio de crecimiento personal, y para que más voluntarios vivan la experiencia significativa de acompañar a niños y niñas en una etapa clave de su aprendizaje.