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Esperanza en Medio del Mar: La Fundación María José Reyes y su Impacto en Juan Fernández

En una conversación con Matías Sáez, psicólogo educacional del Colegio Insular Robinson Crusoe, se exploraron los desafíos únicos de salud mental y convivencia escolar que enfrenta la comunidad de la isla Juan Fernández. Aislados a 670 kilómetros del continente, los residentes lidian con una escasez extrema de recursos y servicios básicos, lo que exacerba problemas como la violencia intrafamiliar y la desmotivación entre los jóvenes. Matías describe un entorno donde la falta de profesionales especializados y la limitada movilidad refuerzan un contexto de aislamiento, impactando significativamente la salud mental de los isleños. Sin embargo, el colegio ha asumido un rol crucial, convirtiéndose en un centro comunitario que no solo educa, sino que también apoya la salud mental mediante programas y actividades integrales.

La alianza con la Fundación María José Reyes ha sido un rayo de esperanza para esta comunidad. Matías destaca cómo esta colaboración ha permitido ofrecer servicios de apoyo socioemocional tanto a estudiantes como a sus familias, rompiendo el estigma y proporcionando opciones de atención que antes eran inalcanzables. La llegada de servicios en línea ha sido un alivio, permitiendo derivaciones rápidas y efectivas.

A través de las gestiones del  nuevo equipo directivo, que abarcan desde lo particular a lo comunitario y la instauración de un cambio de paradigma en la gestión de conflictos, el colegio está logrando avances significativos en la creación de un ambiente más saludable y cohesivo.

La dedicación y esfuerzo de Matías, psicólogo encargado de convivencia escolar y directivo del colegio, junto con su equipo, no solo han mejorado la calidad de vida de los estudiantes, sino que también han transformado positivamente toda la comunidad, visibilizando cientos de problemáticas que habían sido ignoradas durante años.

¿Cómo definirías la salud mental y la convivencia en la isla en general y, particularmente, en tu comunidad educativa?

Para entender la salud mental y la convivencia en la isla, es crucial considerar nuestro contexto único. Aunque estamos en la Quinta Región de Valparaíso, estamos a 670 kilómetros del continente, lo que nos da una particularidad de aislamiento.

El transporte es complejo, limitándose a buques de la armada o avionetas con cupos reducidos que solo pueden operar cuando las condiciones climáticas lo permiten. Este aislamiento, junto con una población pequeña de 1,200 personas en un área limitada sin posibilidad de expansión, crea un entorno muy singular. Aquí, los problemas de salud mental están estrechamente vinculados al aislamiento, la falta de acceso a profesionales especializados y servicios médicos, y un contexto cultural que aún estigmatiza la salud mental. La convivencia también presenta desafíos significativos, posiblemente debido a una falta de educación en competencias socioemocionales que faciliten la comprensión mutua y la interacción respetuosa y valorativa, sin recurrir a maltratos ni violencia.

¿Cómo valoras la alianza de colaboración entre el Colegio Insular Robinson Crusoe y la Fundación María José Reyes?

La alianza con la Fundación María José Reyes ha sido extremadamente positiva. Desde que empezamos a trabajar con ellos, hemos visto mejoras significativas en el bienestar de nuestros estudiantes y sus familias. La Fundación ha ofrecido apoyo socioemocional tanto para niños como para adultos, lo que ha sido crucial en un lugar donde la salud mental estaba tan desatendida.

La disponibilidad de servicios en línea y la profesionalidad de su equipo han sido muy bien recibidas. Los apoderados valoran mucho poder acceder a estos servicios sin el estigma de ser vistos entrando al consultorio local. La Fundación ha sido un alivio y un recurso invaluable para nuestra comunidad.

¿Qué otros apoyos existen para enfrentar los desafíos de salud mental y convivencia en la isla?

Lamentablemente, aparte de la Fundación María José Reyes, carecemos de otros recursos específicos significativos para la salud mental y la convivencia. Dependemos del Consultorio General Rural (CGR) para consultas que pueden demorar meses, sin garantizar una atención oportuna. Además, la falta de personal especializado en reparación en casos de vulneración agrava nuestra situación, dejándonos en una posición muy precaria.

El Servicio Local de Educación Pública es nuestro sostenedor, pero no ofrece un apoyo significativo en estos temas.

¿Podrías describir algunas de las principales preocupaciones o problemas de salud mental que has observado entre los residentes de la isla?

Las principales preocupaciones en salud mental incluyen la gestión emocional, la baja tolerancia a la frustración, las competencias parentales deficientes y las dificultades para mantener relaciones saludables, ya sea amistosas, familiares o afectivas.

La desmotivación general y la falta de autoestima son prevalentes, especialmente entre los jóvenes que experimentan limitaciones de opciones y aislamiento social.

En nuestra comunidad educativa, nos enfrentamos a problemas significativos como la violencia intrafamiliar y hacia los niños, el maltrato y el abandono. Además, carecemos de programas de reparación al maltrato como PRM y PPF, así como de servicios de diagnóstico como DAM y atención psiquiátrica, ya que el Consultorio General Rural no dispone de estos profesionales.

¿Qué papel juegan las actividades comunitarias y los espacios de interacción social en el bienestar mental de los habitantes de la isla?

Las actividades comunitarias, especialmente las deportivas organizadas por los clubes sociales y deportivos, son fundamentales para el bienestar emocional aquí. Sin embargo, si alguien no está interesado en deportes, las opciones son muy limitadas. Estos clubes generan rivalidad y un sentido de pertenencia, pero también pueden fomentar la segregación. A pesar de sus limitaciones, son una de las pocas formas de interacción social disponibles y son cruciales para mantener cierta cohesión en la comunidad.

¿Qué estrategias utilizan los habitantes de la isla para mantener una buena salud mental?

En el contexto escolar, hemos adoptado un enfoque comunitario, posicionando al colegio como el centro cultural y comunitario de la isla. Hemos generado vínculos más fuertes con las familias y organizado actividades mensuales enfocadas en temas específicos como la convivencia y la protección de la infancia. A nivel local, hemos intentado brindar atención en salud mental directamente en el colegio, contratando psicólogos y una terapeuta ocupacional para ofrecer un apoyo más completo y accesible.

¿Existen iniciativas o proyectos en curso que busquen mejorar la salud mental y la convivencia en la isla?

Sí, hemos implementado varios proyectos en el colegio para mejorar la salud mental y la convivencia. Hemos cambiado el enfoque de punitivo a formativo en la gestión de conflictos y estamos trabajando en programas específicos como el Plan de Sexualidad, Afectividad y Género, Plan de formación ciudadana y el Plan de Convivencia y Gestión Escolar. Además, tenemos hitos mensuales que abordan temas relevantes para la comunidad educativa e isleña.

¿Cuál es la percepción de los jóvenes de la isla sobre la importancia de la salud mental y qué apoyo reciben ellos específicamente?

La percepción de los jóvenes sobre la salud mental está cambiando lentamente. Aún enfrentamos estigmas, pero con el trabajo continuo del equipo de convivencia escolar, equipo directivo y las intervenciones educativas, estamos viendo una mayor apertura y comprensión sobre la importancia de la salud mental. Los jóvenes ahora tienen acceso a servicios de psicología y terapia ocupacional en el colegio y están comenzando a valorar más estas oportunidades de apoyo.

¿De qué otra manera crees que la Fundación puede ayudar a prevenir o mejorar la salud mental de la comunidad educativa de la isla?

La Fundación podría seguir ofreciendo materiales educativos y cápsulas informativas, así como organizar charlas o cursos específicos sobre temas de salud mental. La posibilidad de contar con más opciones de derivación y la continua expansión de su cobertura también serían de gran ayuda. La Fundación ha sido un apoyo esencial y cualquier extensión de sus servicios sería bienvenida para seguir mejorando la salud mental en nuestra comunidad.