Los terapeutas de la Fundación María José Reyes se reúnen periódicamente para supervisar casos complejos, con el propósito de apoyar su labor y garantizar su desarrollo profesional continuo. Estas instancias, realizadas en un marco de absoluta confidencialidad, permiten mejorar la calidad del acompañamiento terapéutico y fomentan el aprendizaje colaborativo entre los profesionales.
Cada mes, los terapeutas analizan y reflexionan sobre dos casos infanto-juveniles, y cada dos meses se supervisa un caso adulto. Estas sesiones se han convertido en espacios esenciales para revisar el progreso, compartir desafíos y asegurar la mejor atención posible para los beneficiarios del programa.
Las supervisiones están a cargo de profesionales de amplia trayectoria en el ámbito de la salud mental, como Catalina Álvarez, profesora asistente de la Escuela de Psicología UC y coordinadora de Psicoterapia Infantil en la Red UC-Christus, y Pilar Cuevas, psicóloga clínica del Grupo Clínico Sur. Estas expertas aportan su experiencia, ayudando a los terapeutas a mejorar su práctica, reflexionar sobre sus intervenciones y aprender de cada caso.
Catalina Moore, directora de la Fundación, destaca la relevancia de estas instancias: «Esta es una instancia muy valiosa que ofrecemos a los terapeutas de la Fundación. Ha sido una experiencia muy positiva porque, además de revisar cómo están evolucionando los casos y favorecer una mayor eficacia en las intervenciones fortalecemos el vínculo con los terapeutas, ellos se sienten apoyados y el resto del equipo aprende con cada experiencia compartida«.
Durante este mes, se ha puesto un foco especial en los casos provenientes de la Isla Robinson Crusoe, no solo por su aislamiento geográfico, sino también porque la Fundación ha recibido un alto número de consultantes de esta comunidad. A través de estas supervisiones, se asegura que los habitantes de la isla reciban una atención psicológica de calidad, superando las limitaciones de la distancia.