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BienEstar: Un programa único en Chile con resultados transformadores en salud mental escolar


En esta entrevista, Mauricio Soto, psicólogo y coordinador del programa BienEstar de la Fundación María José Reyes, explica cómo esta iniciativa ha promovido la convivencia y el bienestar en comunidades escolares con acceso limitado a servicios de salud mental. Con cinco años de experiencia implementando este programa único en Chile, ha brindado atención a más de 550 personas, logrando resultados muy satisfactorios en el mejoramiento del bienestar emocional de los estudiantes. A través de un enfoque de terapia breve individualizada, el programa —gratuito para sus participantes— ofrece apoyo a estudiantes, docentes y apoderados. Su modalidad online ha permitido alcanzar zonas remotas con escasos recursos, destacando la importancia de la colaboración entre instituciones educativas y universitarias, lo que facilita que estudiantes y egresados de Psicología adquieran experiencia práctica en contextos reales y desafiante

¿Cuál es la motivación principal detrás del Programa BienEstar?

El Programa BienEstar surge de la necesidad de abordar la salud mental en comunidades educativas vulnerables, donde el acceso a apoyo psicológico es limitado. Observamos una creciente demanda de servicios de salud mental en sectores donde los recursos son escasos, especialmente en territorios aislados. A través de este programa, ofrecemos atención psicológica gratuita para estudiantes, apoderados y docentes, brindando un servicio cercano y de calidad que ayuda a mejorar no solo el bienestar individual, sino también la convivencia en la comunidad escolar.

¿Cómo se realiza el acompañamiento psicológico y en qué se enfoca el tratamiento?

Aplicamos un modelo de psicoterapia breve, con procesos que promedian 16 sesiones para cada caso. Nos enfocamos en establecer objetivos claros y realistas con los pacientes, asegurando avances significativos en un tiempo prudente. Esto permite cubrir una mayor demanda, ya que el objetivo es ofrecer un apoyo efectivo y accesible. La modalidad online permite brindar atención en comunidades aisladas, adaptando algunas técnicas para asegurar la efectividad de los tratamientos.

¿Por qué se priorizan ciertas comunas y cómo afecta esto al programa?

Elegimos territorios que tienen menos acceso a servicios de salud mental, como comunidades rurales y semi rurales en la región de O’Higgins, donde la fundación ya tiene una relación de confianza. Trabajar en estas áreas permite no solo mejorar el bienestar de los individuos, sino también impactar positivamente en sus familias y en la comunidad escolar en general, creando un efecto amplificador que beneficia a todos los miembros de la comunidad.

¿Qué estrategias se están implementando para asegurar el aprendizaje y la actualización permanente de los profesionales de la fundación?

Estamos implementando capacitaciones y sesiones de supervisiones clínicas periódicas, con psicólogos de la Universidad Católica, quienes cuentan con una destacada experiencia. Estas sesiones permiten que nuestros terapeutas se actualicen continuamente, discutan casos complejos y mantengan un enfoque de aprendizaje colaborativo. Esto no solo enriquece su labor, sino que también garantiza una atención de calidad para los beneficiarios del programa.

¿Cómo contribuye la colaboración con universidades al Programa BienEstar?

Colaboramos estrechamente con universidades, como la Universidad Católica (UC), la Universidad del Desarrollo y la Universidad Finis Terrae, cuyos estudiantes de último año de la carrera de Psicología participan en las primeras entrevistas de ingreso al programa. Además, los supervisores de la UC nos aportan una mirada experta, guiando a los terapeutas en el análisis de casos complejos y asegurando una atención de alta calidad. Esta colaboración no solo mejora los resultados del programa, sino que también contribuye a la formación de los futuros psicólogos en el trabajo clínico y de servicio a la comunidad.

¿Cuáles han sido los principales desafíos del programa y cómo los han enfrentado?

Uno de los desafíos ha sido lograr que todas las escuelas en convenio utilicen plenamente el servicio. A veces, hasta un 30-40% de las escuelas que firmaron el convenio no derivan casos, lo que muestra la necesidad de fortalecer la comunicación y el compromiso. Además, enfrentamos dificultades en la adhesión de algunos pacientes, que interrumpen su proceso prematuramente, lo cual trabajamos con una selección más precisa de casos y mejoras en la comunicación con los pacientes y sus familias.

¿Qué impacto ha tenido el programa en las comunidades y en el sistema escolar en general?

El impacto es notable, ya que la mejora en el bienestar emocional de los estudiantes y docentes también influye positivamente en la convivencia escolar y el rendimiento académico. Los estudiantes pueden gestionar mejor sus emociones y concentrarse en sus estudios, mientras que los docentes encuentran un apoyo fundamental para manejar el estrés laboral y situaciones complejas dentro del aula. En el caso de los apoderados, observamos que el apoyo psicológico les permite comprender y acompañar a sus hijos en el proceso educativo.